lunes, 2 de diciembre de 2013

GUIÓN TEATRAL: BODAS DE SANGRE

GUIÓN
BODAS DE SANGRE (ACTO TERCERO, CUADRO ÚLTIMO)
PERSONAJES:
·         La Madre
·         La Novia
·         La vecina

CORTINA INICIAL(UN ÁNGEL LLORA Y GUARDIAN DE MI CORAZÓN)
HASTA LOS 20 SEG.LUEGO PASA A FONDO.
Ésta es la representación del último acto de la obra de Federico García Lorca: Bodas de Sangre, donde se presenta la figura de la Novia volviendo deshecha a buscar el perdón de la Madre, pero ésta la maldice, agrede y pide quedarse completamente sola para llorar a su hijo que ha muerto en manos de Leonardo, hombre con el que se fugó la Novia y ocasionó la muerte de los dos hombres.
CORTINA INICIAL PASA A PRIMER PLANO HASTA EL FINAL
CUADRO ÚLTIMO
Habitación blanca con arcos y gruesos muros. A la derecha y a la izquierda, escaleras blancas. Gran arco al fondo y pared del mismo color. El suelo es también de un blanco reluciente. Esta habitación simple tiene un sentido monumental de iglesia. No hay ni un gris, ni una sombra.
Aparece la madre con una vecina. La vecina viene llorando.
Madre:
Calla.
Vecina:
No puedo.
Madre
Calla, he dicho. (En la puerta.) ¿No hay nadie aquí? (Se lleva las manos a la frente.) Debía contestarme mi hijo. Pero mi hijo es ya un brazado de flores secas. Mi hijo es ya una voz oscura detrás de los montes. (Con rabia, a la vecina.) ¿Te quieres callar? No quiero llantos en esta casa. Vuestras lágrimas son lágrimas de los ojos nada más, y las mías vendrán cuando yo esté sola, de las plantas de los pies, de mis raíces, y serán más ardientes que la sangre.
Vecina
Vente a mi casa; no te quedes aquí.
Madre
Aquí. Aquí quiero estar. Y tranquila. Ya todos están muertos. Otras madres se asomarán a las ventanas, azotadas por la lluvia, para ver el rostro de sus hijos. Yo, no. Yo llevaré camelias de escarcha al camposanto. Pero no; camposanto, no, camposanto, no. (Entra una mujer de negro que se dirige a la derecha y allí se arrodilla. A la vecina.) Quítate las manos de la cara. Hemos de pasar días terribles. No quiero ver a nadie. La tierra y yo. Mi llanto y yo. Y estas cuatro paredes. ¡Ay! ¡Ay!
Vecina
Ten caridad de ti misma.
Madre
(Echándose el pelo hacia atrás) He de estar serena. (Se sienta.) Porque vendrán las vecinas y no quiero que me vean tan pobre. ¡Tan pobre! ¡Sin hijo!
Vecina    
(Aparece la novia. Viene sin azahar y con un manto negro)
(Viendo a la novia, con rabia) ¿Dónde vas?
Novia
Aquí vengo.
Madre
(A la vecina) ¿Quién es?
Vecina
¿No la reconoces?
Madre
¡Víbora! (Se dirige hacia la novia con ademán fulminante; se detiene. A la vecina.) ¿La ves? Está ahí, y está llorando, y yo quieta, sin arrancarle los ojos. No me entiendo. ¿Será que yo no quería a mi hijo? Pero, ¿y su honra? ¿Dónde está su honra? (Golpea a la novia. Ésta cae al suelo.)
Vecina:
¡Por Dios! (Trata de separarlas.)
Novia
(A la vecina) Déjala; he venido para que me mate y que me lleven con ellos. (A la madre.) Pero no con las manos; con garfios de alambre, con una hoz, y con fuerza, hasta que se rompa en mis huesos. ¡Déjala! Que quiero que sepa que yo soy limpia, que me puedan enterrar sin que ningún hombre se haya mirado en la blancura de mis pechos.
Madre
Calla, calla; ¿qué me importa eso a mí?
Novia
¡Porque yo me fui con el otro, me fui! (Con angustia) Tú también te hubieras ido. Yo era una mujer quemada, llena de llagas por dentro y por fuera, y tu hijo era un poquito de agua de la que yo esperaba hijos, tierra, salud; pero el otro era un río oscuro, lleno de ramas, que acercaba a mí el rumor de sus juncos y su cantar entre dientes. Yo no quería, ¡óyelo bien!; yo no quería, ¡óyelo bien! Yo no quería. ¡Tu hijo era mi fin y yo no lo he engañado, pero el brazo del otro me arrastró como un golpe de mar, como la cabezada de un mulo.
Madre
Ella no tiene culpa, ¡ni yo! (Sarcástica.) ¿Quién la tiene, pues? ¡Floja, mujer de mal dormir que busca un pedazo de cama calentado por otra mujer!
Novia
¡Calla, calla! ¡Eso no! Honrada, honrada como una niña recién nacida. Y fuerte para demostrártelo. Enciende la lumbre. Vamos a meter las manos; tú por tu hijo; yo, por mi cuerpo. La retirarás antes tú.
Madre
Pero ¿qué me importa a mí tu honradez? ¿Qué me importa tu muerte? Benditos sean los trigos, porque mis hijos están debajo de ellos; bendita sea la lluvia, porque moja la cara de los muertos. Bendito sea Dios, que los tiene juntos para descansar.
Novia
Déjame llorar contigo.
Madre
Llora, pero en la puerta.
Madre
(La novia queda en la puerta. La madre en el centro de la escena).
Con un cuchillo,
con un cuchillito,
en un día señalado, entre las dos y las tres,
se mataron los dos hombres del amor.
Con un cuchillo.
con un cuchillito
que apenas cabe en la mano,
pero que penetra fino.
Novia
Y esto es un cuchillo,
un cuchillito
que apenas cabe en la mano.
Con este cuchillo
se quedaron dos hombres duros
con los labios amarillos.
Madre
Y apenas cabe en la mano.
pero que penetra frío
por las carnes asombradas
y allí se para, en el sitio
donde tiembla enmarañada
la oscura raíz del grito.
(Arrodilladas en el suelo, lloran.)
Lic. ISABEL FUERTES RAMÍREZ

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