jueves, 22 de agosto de 2013

CUENTO TRADICIONAL Y MODERNO

Cuento tradicional
El lobo que cree que la luna es queso
Andaba el lobo muy hambriento y ya no sabía qué hacer para coger algún animal y comérselo. Y por ahí se encuentra con la zorra y le dice:
- Oiga usted, señora zorra, que me la voy a comer.
Y la zorra le dijo:
- Pero mire usted, que estoy muy flaca. No soy más que huesos y pellejos.
- No, que usted estaba muy gordita el pasado año.
- El año pasado sí que estaba gordita, pero ahora tengo que darles de mamar a mis cuatro zorritos y apenas encuentro bastante para crear leche para ellos.
- ¡Que no me importa!, le dijo el lobo.
Iba a darle la primera mordida, cuando la zorra le dijo:
- Deténgase usted, por dios, señor lobo. Mire que yo sé dónde vive un señor que tiene un pozo lleno de quesos.
Y se fueron la zorra y el lobo a buscar los quesos. Y llegaron a una casa y pasaron unas tapias y llegaron ante el pozo, y la Luna se reflejaba en el agua y parecía un queso.
Y se asomó la zorra, volvió y le dijo al lobo:
- ¡Amigo lobo, que el queso es grande! Mire asómese usted.
Y se asomó el lobo, vio la Luna y creyó que era un queso grandote. Pero el lobo sospechoso, le dijo a la zorra:
- Pues bueno, amiga zorra, entre usted por el queso.
Y la zorra se metió en uno de los cubos y entró por el queso. Y desde abajo le gritaba al lobo:
- ¡Amigo lobo! ¡Que grandeza que tiene este queso! ¡No puedo con él! Venga usted a ayudarme a subirlo.
- Pero yo no puedo entrar -le decía el lobo-. ¿Cómo yo voy a entrar? Súbalo usted sola.
- Y la zorra le dijo:
- Pero no sea usted torpe. Métase usted en el otro cubo y verá como así entra fácilmente.

Y se metió el lobo en el otro cubo y, como pesaba más, se deslizó para abajo y la zorra en el primer cubo subió. Y ahí se quedó el lobo buscando el queso, y la zorra se fue muy contenta a ver a sus zorritos.

Cuento tradicional
El lobo que cree que la luna es queso
Y se metió el lobo en el otro cubo y, como pesaba más, se deslizó para abajo y la zorra en el primer cubo subió. Y ahí se quedó el lobo buscando el queso, y la zorra se fue muy contenta a ver a sus zorritos.
Pues andaba el lobo muy hambriento y ya no sabía qué hacer para coger algún animal y comérselo. Y por ahí se encuentra con la zorra y le dice:
- Oiga usted, señora zorra, que me la voy a comer.
Y la zorra le dijo:
- Pero mire usted, que estoy muy flaca. No soy más que huesos y pellejos.
- No, que usted estaba muy gordita el pasado año.
- El año pasado sí que estaba gordita, pero ahora tengo que darles de mamar a mis cuatro zorritos y apenas encuentro bastante para crear leche para ellos.
- ¡Que no me importa!, le dijo el lobo.
Iba a darle la primera mordida, cuando la zorra le dijo:
- Deténgase usted, por dios, señor lobo. Mire que yo sé dónde vive un señor que tiene un pozo lleno de quesos.
Y se fueron la zorra y el lobo a buscar los quesos. Y llegaron a una casa y pasaron unas tapias y llegaron ante el pozo, y la Luna se reflejaba en el agua y parecía un queso.
Y se asomó la zorra, volvió y le dijo al lobo:
- ¡Amigo lobo, que el queso es grande! Mire asómese usted.
Y se asomó el lobo, vio la Luna y creyó que era un queso grandote. Pero el lobo sospechoso, le dijo a la zorra:
- Pues bueno, amiga zorra, entre usted por el queso.
Y la zorra se metió en uno de los cubos y entró por el queso. Y desde abajo le gritaba al lobo:
- ¡Amigo lobo! ¡Que grandeza que tiene este queso! ¡No puedo con él! Venga usted a ayudarme a subirlo.
- Pero yo no puedo entrar -le decía el lobo-. ¿Cómo yo voy a entrar? Súbalo usted sola.
- Y la zorra le dijo:

- Pero no sea usted torpe. Métase usted en el otro cubo y verá como así entra fácilmente.



No hay comentarios:

Publicar un comentario